Un estudio realizado por la consultora Opinaia, a partir de una encuesta online al público en general de ambos países, reveló que Brasil cerró 2025 con una evaluación general más favorable que la Argentina, aunque también con una brecha socioeconómica más marcada entre los distintos sectores sociales. En contraste, la Argentina mostró un balance más moderado, pero relativamente más parejo entre los grupos, con una mirada más crítica y exigente sobre su presente y sobre 2026.
El relevamiento construyó el Índice de Balance Anual (IBA), una medición sintética que integra las dimensiones personal, económica y emocional en una escala de 0 a 100 puntos. Ese indicador ubicó a Brasil en 55,6 puntos, reflejando un balance más positivo, frente a los 45,5 puntos de la Argentina, que se mantuvo en un nivel intermedio.
Sin embargo, esa ventaja brasileña esconde una profunda división social. Según el informe, Brasil presentó un balance más positivo, pero también más desigual, ya que la diferencia de percepción entre los niveles socioeconómicos altos y bajos resultó mucho más pronunciada que en la Argentina. En contraste, la sociedad argentina mostró una evaluación más homogénea entre sus distintos estratos sociales.
“En Brasil, la experiencia de la clase alta es muy distinta a la de la clase baja; es otra vida totalmente distinta. En la Argentina, si bien hay diferencias, no son tan pronunciadas: todavía tenemos una sociedad más homogénea”, explicó Valentín Nabel, sociólogo y director de Opinaia.
El estudio identificó, además, que estas diferencias no respondieron solo a realidades objetivas, sino también a estilos culturales de evaluación. En Brasil predominó una mirada más positiva, mientras que en la Argentina tendió a imponerse una actitud más crítica y exigente.
“En general, los brasileños tienden a responder de manera más positiva. Nosotros lo observamos también en otro tipo de investigaciones que no son de opinión pública, sino de mercado: se trata de una tendencia cultural de respuesta. Eso no significa que toda la diferencia se explique solo por lo cultural, pero sí es un componente importante”, señaló Nabel, quien agregó que “otro factor es que efectivamente su economía puede estar mejor que la nuestra”.
Esta actitud crítica en la Argentina se reflejó especialmente en la economía: solo el 41% de los argentinos logró ahorrar en 2025, frente al 66% de los brasileños.
Es el primer año en que se realiza este estudio comparativo entre Brasil y la Argentina. Se analizaron 1.000 casos en cada país, con una muestra diseñada por cuotas de sexo, edad, nivel socioeconómico y zona de residencia. “Nuestra idea es realizarlo todos los años, en la misma fecha y con el mismo instrumento; así podremos comparar en qué situación se encuentra el país”, explicó el sociólogo.
A pesar de que el balance económico y de bienestar fue menos favorable en la Argentina, el país mostró indicadores de identidad mucho más sólidos. El 81% de los argentinos se declaró muy o bastante orgulloso de su nacionalidad, un porcentaje superior al 66% registrado en Brasil.
“El argentino tiene una de las culturas más aferradas a la familia y a su identidad”, afirmó Nabel. Esa fortaleza identitaria se tradujo también en un menor deseo de emigrar. Mientras que el 64% de los brasileños afirmó que se mudaría al exterior si pudiera, en la Argentina esa cifra descendió al 52%.
“Se emigra de la Argentina cuando existe la sensación de que el país no tiene solución, de un fracaso colectivo. No es el caso de los tiempos actuales”, sostuvo Nabel, quien vinculó ese dato con el clima político y social posterior a las últimas elecciones.
En ese sentido, el director de Opinaia señaló que en octubre pasado la población ratificó al actual gobierno en las urnas, lo que interpretó como una señal de respaldo al rumbo elegido. “Hay una sensación de que el país finalmente se encaminó hacia un futuro mejor, aunque muchos todavía no hayan percibido los beneficios en su vida cotidiana”, afirmó.
En los indicadores vinculados con el bienestar cotidiano también se observaron diferencias claras entre ambos países. Brasil mostró niveles más altos de ánimo 75%, descanso 67% y salud 79%, por encima de los registrados en la Argentina, donde esas variables alcanzaron el 58%, el 55% y el 73%, respectivamente. El ocio fue el único indicador en el que ambos países presentaron valores más moderados, aunque nuevamente con ventaja brasileña, 52% frente al 41%.
El estudio también marcó diferencias de género. En la Argentina, los hombres realizaron un balance más positivo que las mujeres, mientras que en Brasil esa percepción resultó más pareja. “Eso fue en concordancia con la composición de la base de apoyo de La Libertad Avanza, que es mayoritariamente masculina”, afirmó Nabel.
De cara a 2026, en Brasil predominó un clima de mayor optimismo, con evaluaciones más positivas tanto sobre el futuro del país como sobre la situación económica personal. En la Argentina, si bien también prevalecieron expectativas favorables, el escenario apareció atravesado por una mayor cautela.
Los datos mostraron, además, una diferencia llamativa en el tipo de optimismo. En Brasil, este fue principalmente de carácter personal: el 80% creyó que a nivel individual le irá mejor el próximo año, frente al 78% que proyectó una mejora para el país. En la Argentina ocurrió lo inverso: el 63% consideró que al país le irá bien o muy bien, pero solo el 57% esperó una mejora en su economía personal.
Según detalló Nabel, esa percepción de que al país le va a ir mejor que a uno mismo podría explicarse por la expectativa de un ordenamiento macroeconómico que todavía no se reflejó en los ingresos individuales. “El argentino cree que este gobierno va a ordenar la macroeconomía. También cree que sectores como la minería, los hidrocarburos o el campo van a ser exitosos, pero que ese crecimiento todavía no le va a llegar en lo inmediato”, concluyó.

